viernes, 28 de agosto de 2009

EL DIOS COBRE

Por: José Carlos Valdivia Vera


La mención del cobre en el Perú en la región sur, y sobre todo, su discusión, recurre a temas mucho más independientes que a los exclusivos a su naturaleza. Significa hablar de una época, de un recurso, de un impacto ambiental, de una invocación a intensos debates económicos, de gobernantes con cargos que sobrepasan su capacidad intelectual y moral. Además, hablar del cobre implica muchas veces hablar con ambición, con anhelo de reducidos puestos de trabajo con grandes dadivas económicas, de gigantes empresas extranjeras, y sobre todas las cosas, hablar del cobre en nuestra región, es hablar de un canon.
Su nombre, por información básica se debe a la isla de Chipre, antigua ruta de comercio entre egipcios y griegos y lugar en donde, en uno de esos melancólicos y mágicos mitos griegos, Afrodita emerge de las espumas del mar de la isla y, al darse cuenta del deseo desmesurado que causaba entre los hombres, decide investigar por ella misma el motivo de esta estupefacción varonil viéndose reflejada en el que sería su metal favorito para su espejo, el espejo etrusco (espejo de cobre). Podemos imaginar el momento de la visita al espejo, Afrodita con su inimaginable belleza y el espejo irradiando una hermosura rojiza, emanando una belleza compacta y rubicunda. De ahí el término cyprum: cobre.

La importancia que el cobre ha tomado en la vida del hombre no es, históricamente, una revelación. No por gusto es parte del estudio la edad de Cobre, y después, la edad de Bronce. Este espacio en la historia de la humanidad tiene raíces y copas mucho más trascendentes de lo que se suele augurar por cualquier mineral. El motivo por el cual se le escogió entre otros metales, además del oro y la plata, es por su extraordinaria maleabilidad y utilidad en los tendencias tecnológicas de ese tiempo, y ahora, en el nuestro. No sería un arrebato pensar que la tecnología le debe mucho a este mineral, gracias a este se pudo hacer cosas que por falta de una materia prima, seguía estando en papeles y hojas, entre cálculos y diseños y aritméticas.

La importancia económica perteneciente al cobre en el Perú, es asumiblemente identificable en donde posemos la mirada. Las obras de gran envergadura se mueven gracias a este metal. Los mayores apoyos a eventos importantes y los grandes auspiciadores provienen siempre de empresas explotadoras. En Moquegua existe el equipo “Cobresol”, que aunque, de manera indirecta, le debe a este metal su existencia y porque no, su éxito. No olvidemos tampoco la disputa que motivó la discordia e hizo enfrentarse a dos pueblos adyacentes y hermanos, que tuvo raíz en una mala distribución del canon.
El cobre ha tomado en los últimos tiempos, una importancia más bien divina (con mención sarcástica), los engranajes en los que se mueve nuestra sociedad, para bien o para mal, están hechos de cobre. La próxima vez que veamos al mineral, recordemos mirar con vehemencia y sin ligereza al recientemente coronado: dios Cobre.

1 comentario:

Moqueguanos.en.el.exterior dijo...

En Moquegua estamos tan cerca y tan lejos del cobre. Lo vemos pasar pero no lo usamos. No hay artesamos que lo trabajen como en India en donde los artesanos fabrican cucharas, ollas, valdes, joyas, etc. Tendremos algun dia esa industria local?