jueves, 23 de julio de 2020

Morir todavía

MORIR TODAVÍA:
https://youtu.be/s8MnDXFc9GU
Morir Todavía, un tema con historia, personal, narrado a partir del recuerdo permanente de la muerte, específicamente por la muerte de un ser querido al que nos unían lazos de sangre, confianza y trato fácil. La muerte de un familiar (la muerte del hermano de Enrique concretamente), una de las peores experiencias a vivir en esta orquesta de cuerda llamada vida. Bajo un ritmo trepidante, acompañado siempre de un manto tenebroso, oscuridad impecable e imprescindible, angulado bajo figuras ambiguas y enmarañadas; resurge la voz de Bunbury y la música de estilo estrictamente heroico. Aún bajo estas circunstancias se esconde el cántico de la esperanza y de la superación, es el secreto por el cual esta canción se vuelve más misteriosa, más abierta a la experiencia personal, más pura. Es un rostro triste sin lágrimas, una sonrisa torcida por el temor al final eterno, pero firme como una espada, preparada para la próxima cruzada. Un sonido semejante al galopar de un rocín veloz, escuchad como su trotar percutor y rítmico nos introducen en la historia de la vida y la muerte, nos invitan a cantar mirando al horizonte sin temor a nada y con la mente vacía de despropósitos. De lo mejor del álbum “Avalancha”, muy elaborado en cuestión de letras y muy pulido en la ejecución.
lo más pequeño es un misterio
y lo sagrado tan sencillo.
¿Qué actitud presentamos cuando aparece la muerte de repente? ¿Qué pensar o hacer cuando de repente todo cambia? La muerte no es más que el fin de la vida, el último capítulo de un libro que apenas ocupa una línea, las últimas palabras y un suspiro. Es el corto intervalo de lo que llamamos muerte un sinfín de preguntas sin respuestas. ¿Es el principio de una segunda vida? ¿Es el final de la memoria y por lo tanto de la vida? ¿Existe el espíritu inmortal en los hombres? La religión es una puerta siempre abierta, la primera, para llegar solo hacen falta dos pasos y nos encontramos rodeados con cientos de respuestas a aquellas preguntas que nos torturan de noche y día. Es la respuesta fácil a la muerte, renunciar a ella como algo finito para convencernos a nosotros mismos que el que sea una situación irreversible no es un argumento contundente, es la manera más sencilla de calmar turbulentos pensamientos y una tristeza eterna. Elevar la condición de la muerte humana al son de un ritual místico y, ¿por qué no? Esperanzador. Aún así es demasiado sencillo, una vía primaría para reposar, pero no una respuesta ideal ni final. Se buscará el aire de esperanza en otros lugares con menos incienso.
el llanto de los nopales
junto al húsar de la muerte.
Vida y muerte. Muerte y vida. Conceptos opuestos y ligados por siempre, ya que ninguno de ambos tiene significado sin el otro. Primero nos documentaremos un poco, quizás el conocimiento nos otorgue algo de sabiduría y encontremos la luz que ilumine los versos tornándolos en palabras que nos muestren su significado original. El nopal*, como planta de la vida, inmortal y el húsar, caballería ligera, veloz, de propósitos bélicos. Las lágrimas de los nopales, no son más que el fin de la vida y el húsar de la muerte, el enviado de la muerte, que una vez llega a su destino arrebata la vida para siempre, veloz, es la forma del asesinato, el más cruel final que se puede augurar. Forma admirable de describir la llegada de la muerte en pocas palabras, usando mitología y realidad.
cuando el coyote llamó a tu puerta
aulló notas mal venidas
las sombras arrebatadas
para al sueño de los justos.
Se denomina a la muerte con un nuevo término, me pareció curioso que utilizara coyote en vez de, por ejemplo, la hiena, animal más oscuro y atroz. Pero tiene su sentido ya que el aullido del coyote, animal solitario, es muy peculiar**, es engañoso al sentido del oído. Una alusión a la llegada de la muerte cuando no la esperas llegar tan temprano, cuando parece que afecta a gente que no conocemos, cuando es lejana y llega de repente, sin previsión y con un desgarro en el corazón. Por otra parte la muerte no es justa, nos despojan de lo que más queremos, sin sentido alguno, sin retroceso y sin culpa alguna. Es el sinsentido en el que se mueve la muerte y el asesinato, injusticia y sueños que se quedarán sin cumplir. Una vida se pierde, pero también un alma, un ser, miles de fantasías que terminan en pesadilla.
no se puede encerrar
el sol bajo una campana.
no se puede aplazar
la hora señalada.
Un sitio para la esperanza, para seguir adelante. No todo es oscuridad, hay noche, larga y negra, que se viste de luto todos los días, pero siempre amanece, día a día podemos ir superando las heridas del pasado. Siempre sale el sol (para todos), dicen. Igual que existe la muerte más brutal existe su contrario en este mundo y la búsqueda de éste no es más que la propia búsqueda de la felicidad. También está el hecho de comprender a la muerte como algo “señalado”, determinado desde el inicio de nuestras vidas ayuda a entender; acompañarnos de ilusión por vivir, pérdida antes, recuperada gota a gota, en cada mañana, en cada despertar. La muerte como hecho inevitable, a todos nos llega la hora. Además de ser imposible de aplazar, llegará si o sí.
puede ser uno de esos días
tu última batalla
o que las larvas nos hagamos adultas
y no entremos por la cerradura.
Cualquier día es un buen día para morir, presentando guerra a la muerte, luchando por vivir, estamos destinados a un fin. Me inspira una llamada a vivir el momento, a vivir aprovechando el tiempo, sin dejarse nada sin explorar, hacia el camino de la existencia viva e intensa. No estoy muy seguro, pero se hace una alusión directa a la metamorfosis, que entendiéndolo en este concepto podríamos interpretarlo de manera hinduista como reencarnación (otra manera de afrontar la realidad de la muerte), todo se transforma, y los espíritus pasan de un cuerpo a otro hasta que se deshacen. Entender la reencarnación como vida eterna. Por otro lado se me ocurre interpretarlo cómo un símil con la existencia humana, una continuación de la idea anterior, vivir antes de que nos cierren las puertas y nos convirtamos en adultos, más cercanos a la vejez, la última metamorfosis humana.
el corazón pasando un túnel
oscuro como un naufragio
morir todavía y no después
buscando sin remedio.
Se narra lo difícil de esta etapa, la ferocidad con que la muerte nos cambia por completo la vida, el fin de un ciclo, la caída al submundo de la tristeza y la desesperación, como el instante de la muerte se alarga por momentos infinitos, como el morir todavía es una realidad que nos transforma, anduvimos en la línea que supera ficción y realidad y ahora caminamos entre oscuridad y lágrimas, el escenario se asemeja a un túnel sin salida, realmente existe, pero no conseguimos vislumbrarla. Es un anticipo de nuestra propia muerte, ya que sentimos ahora lo imperecedero del mundo. Es la búsqueda de la esperanza, la espera, el desear el regreso de la ilusión, buscando sin remedio…
el laberinto del sueño
donde se pierden
los demonios de la memoria.
Me encanta esta frase, el último verso, podría recitarlo miles de veces y encerrarme en el encantamiento producido por la poesía de unas pocas palabras que nunca imaginaron ser tan extraordinarias como lo son cuando se agrupan. Nostalgia de Freud y Nietsche, filosofía contemporánea, en la que la vida es eterna ya que cada momento es único y para siempre, la memoria es la prueba de nuestra existencia y a la vez tortura perpetua que nos castiga periódicamente, en la noche, por medio del subconsciente y los sueños, siempre abstractos, pero con sentido oculto. Lo perdido por siempre permanece en nuestros recuerdos y nuestros recuerdos nos hacen revivir en el mundo de los sueños. A veces se nos hacen demasiado reales, y justo en ese momento cuando abres los ojos a la verdadera situación.
Dada la complejidad de la letra en algunos versos, me he visto obligado a acudir a la , siempre útil, wikipedia
*“El nopal, es uno de los símbolos nacionales de México, se le encuentra plasmado en el escudo nacional sosteniendo al águila real que devora la serpiente enraizada en una pequeña isla de piedra sobre el agua. Esta planta es parte de la mitología azteca considerada planta de la vida porque nunca se muere la planta; ya que puede secarse y dar origen a una nueva planta.”
**”Es mucho más común oír un coyote que verlo. Las llamadas que los coyotes hacen son agudas; se las describe como aullidos, chillidos, gañidos y ladridos. Estas llamadas pueden ser una nota larga que sube y que cae (un aullido) o una serie de notas cortas (un «chillido»). Estas llamadas se oyen por lo general al crepúsculo o por la noche, y con menos frecuencia durante el día. (…)El aullido es engañoso; debido a las características del sonido a la distancia, puede parecer que el coyote está en un lugar, cuando realmente se encuentra en otra parte.