La Internet permite a los moqueguanos que vivimos en el exterior leer noticias sobre nuestra ciudad, es una herramienta de conocimiento fenomenal y que día a día se renueva. Recomiendo el Google Earth. Sin embargo, y esto es común en los países del tercer mundo, casi todas las noticias relacionadas con el gobierno, sea este central, provincial o distrital esta asociado a actos de corrupción. Aclaro, que somos catalogados como tercer mundo estrictamente por la incapacidad de la burocracia que nos gobierna, del gobierno en si, y no porque tú y yo individualmente tengamos un problema mental.
Leo con sorpresa que el gobierno municipal de mi vecino Edmundo Coayla, ha decidido invertir 52 millones de soles del dinero de todos los moqueguanos en la construcción de un mercado municipal. Allí empiezan mis sospechas. Desde años atrás que los gobiernos locales están intentando vender los mercados municipales porque constituyen una carga laboral, no pagan ningún tipo de impuestos, ni luz ni agua, ni arbitrios, el arriendo, son peligrosos por el hacinamiento, y para colmo de males son sucios, llenos de ratas, focos de infección y delincuencia. Y el mercado de Moquegua no es la excepción. Los comerciantes del mercado no pagan arriendo al municipio, no pagan agua ni luz, y tienen sus puestos a perpetuidad, los cuales subarriendan a otros comerciantes. Caminen por los pasadizos y miren el suelo inmundo, lleno de desperdicios, y por las noches las ratas están en su reino.
Por esas razones explicadas no me explico la justificación para que el Municipio de Mariscal Nieto quiera ser dueña de un mercado que solamente ocasionara perdidas. En que mundo están viviendo el alcalde y los regidores, porque no se dan una vuelta por Arequipa, Ica, Lima y Huancayo y aprendan como la empresa privada tiene sus mercados, limpios, ordenados, seguros, con atención de primera, con crédito y sobre todo extremadamente seguros. Dejen que la empresa privada construya sus mercados, y no malgasten 52 millones de soles en un mamarracho que ya es un elefante blanco.
Y para colmo, el gobierno local es tan ineficiente, bueno es tercer mundo, y corrupto, que la licitación para construir el mercadito es ilegal, y no dudo que allí hay “gato encerrado” y el famoso diezmo se ha movido por debajo de las mesas. Que pena por mi tierra.
Leo con sorpresa que el gobierno municipal de mi vecino Edmundo Coayla, ha decidido invertir 52 millones de soles del dinero de todos los moqueguanos en la construcción de un mercado municipal. Allí empiezan mis sospechas. Desde años atrás que los gobiernos locales están intentando vender los mercados municipales porque constituyen una carga laboral, no pagan ningún tipo de impuestos, ni luz ni agua, ni arbitrios, el arriendo, son peligrosos por el hacinamiento, y para colmo de males son sucios, llenos de ratas, focos de infección y delincuencia. Y el mercado de Moquegua no es la excepción. Los comerciantes del mercado no pagan arriendo al municipio, no pagan agua ni luz, y tienen sus puestos a perpetuidad, los cuales subarriendan a otros comerciantes. Caminen por los pasadizos y miren el suelo inmundo, lleno de desperdicios, y por las noches las ratas están en su reino.
Por esas razones explicadas no me explico la justificación para que el Municipio de Mariscal Nieto quiera ser dueña de un mercado que solamente ocasionara perdidas. En que mundo están viviendo el alcalde y los regidores, porque no se dan una vuelta por Arequipa, Ica, Lima y Huancayo y aprendan como la empresa privada tiene sus mercados, limpios, ordenados, seguros, con atención de primera, con crédito y sobre todo extremadamente seguros. Dejen que la empresa privada construya sus mercados, y no malgasten 52 millones de soles en un mamarracho que ya es un elefante blanco.
Y para colmo, el gobierno local es tan ineficiente, bueno es tercer mundo, y corrupto, que la licitación para construir el mercadito es ilegal, y no dudo que allí hay “gato encerrado” y el famoso diezmo se ha movido por debajo de las mesas. Que pena por mi tierra.
1 comentario:
Sí Jeffry, tienes razón, la licitación ha sido sobrevaluada al costo original y en Moquegua muchos siguen desconfiando de las autoridades de turno.
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